PELEA DE GALLOS

EDITORIAL

Jueves 24 de Marzo de 2022

       La pomposamente anunciada guerra contra la inflación empezó con un anuncio que no anuncio nada, un viernes por la noche. Tampoco es que uno esperaba la creación de una junta nacional de granos, y ya es tarde para estatizar Vicentín, que hoy se revela como un error garrafal, ya que una empresa estatal jugando en el mercado de alimentos sí sería un arma poderosa para establecer precios de referencia en el mercado interno. No, haciendo uso de su ya exasperante vocación de dialogo, el presidente convoco a una enésima mesa de dialogo con los sectores involucrados. ¿Están seguros que van a parar con la suba de precios? Si loco, ya te dije que sí, no te persigas… va a ser el tono del dialogo que van a tener. Porque nunca, pero nunca estos acuerdos de caballeros dieron algún resultado.

Pero como si no fuera suficiente que el ejecutivo cocine todo a baño maría, la pelea en la coalición gobernante condiciona cualquier medida que se pueda tomar. No tiene espalda interna para afrontar con dureza a los factores de poder que juegan fuerte a desestabilizar al Gobierno. ¿Con qué soldados se va a la guerra contra la inflación? Lo dijimos el jueves pasado, la ruptura del frente ya ha ocurrido, solo falta formalizarla, salvo que el instinto de supervivencia aclare un poco los tantos. En pocos meses el gobierno se topara con elecciones decisivas, y no hay ninguna esperanza si no se toman medidas de shock, que impacten rápidamente, que reintroduzcan confianza en la población. El complejo mediático-político opositor lo sabe. Y si bien sus figuras tendrán una ardua lucha por determinar sus candidatos, el plan ya está trazado. Porque ya lo están anunciando. Desde fachos disfrazados de republicanos hasta libertarios fachos a secas, los discursos de que hacer en la cuestión económica están claros. Ya empezó con las declaraciones el mago del bridge hablando de privatizar Aerolíneas, seguirá con la necesidad de arancelar la UBA, reforma laboral para despedir más rápido y barato y terminando con la dolarización de la economía. Un plan que, sabemos, termina mal.

Ahora, que loco darse en las narices de que el Frente que pretendía ser de todos al final no fue de nadie. ¿Fue así? ¿No se habló nunca más sobre aspectos imprescindibles después de sacarse de encima a Macri? ¿Y si la pandemia retrasó cualquier dialogo sobre el arreglo con el fondo, nunca hablaron, discutieron acerca de la inflación que el gobierno anterior entrego multiplicada por mil? ¿Y pasado el arreglo, siguen sin hablar de otra manera que no sea lanzarse munición gruesa a través de las redes y chicanas de notas públicas, que hasta llegan a ser provistas desde adentro a los medios opositores?

Hace 46 años, que en tiempos históricos no es nada, se iniciaba el más siniestro de los horrores Argentinos. Quizás ya se dijo todo, y si hay alguna duda, basta con recurrir a Walsh en su carta abierta a la junta. Si hay un todo sobre el Golpe, esta ahí.

En estos momentos, cuando está a la vista un quiebre tal vez sin retorno en la coalición gobernante, debería recordarse que el golpe fue fundado por la necesidad de un modelo de exclusión social que fue continuado por el menemato y el macrismo.

Y que tendría que ser mentira estar discutiendo como si no se tuviera claro, aunque sea, quienes son los enemigos.

La memoria imprescindible no se lo merece.