LOS MÚSICOS Y LA PRÁCTICA

“La práctica logra la perfección”. “No hay sustituto para la práctica”. “El hábito hace al monje”.

Todas frases hechas pero ciertas. Recuerdo a un gran maestro de guitarra diciéndome que tal guitarrista era solo un “practicador” o que “la guitarra no es la colimba”. Es decir, ¿cuánto practicar? Sin la práctica no podremos abrir la puerta hacia el mundo sagrado del arte. Con una práctica excesiva parecería que la técnica se superpone a la emoción. Todo esto es en parte cierto. Entonces, ¿cuánto hay que practicar? ¿Cuántas horas por día son  necesarias para convertirse en un músico de excelencia?

Primera respuesta: nadie sabe cuánto hay practicar.

Segunda respuesta: El foco es más importante que la práctica.

Tercera respuesta: Hay un período de la vida del músico donde son necesarias incontables horas de practica pero van asociadas al concepto que queramos desarrollar en ese momento.

Una práctica inteligente es mucho más efectiva que una práctica repetitiva. Si alguien se pone a practicar sin saber que tópico abordar solo conseguirá repetir lo que sabe. En cambio si ese mismo artista se pasa su vida pensando cómo mejorar, qué practicar, no solo cuánto tiempo, indudablemente avanzara a grandes pasos.

El aspirante a músico y artista en general debe lograr poner toda su libido en su arte. Lo erótico ( que no es solo lo sexual) tiene que ser la disciplina que eligió. Recordemos que el Dios griego Eros originalmente es la fuerza primordial que unió el universo post Caos. Nada menos.

Finalmente creo que un buen maestro puede lograr indicarle al alumno los mejores caminos para expresar lo que desea a través del arte. Y es fundamental que el alumno vea y reconozca sus debilidades, para así afrontarlas y superarlas.