MI MAYOR ORGULLO: EN SU CANCHA, EN SU CARA

      Hacia 1974, los hinchas leprosos ya habíamos vivido grandes hazañas del equipo de los colores anarquistas.

Por el país, para esa época se habían sucedido los Rosariazos, el Cordobazo, y las puebladas que dieron por tierra con los sueños imperiales del dictador Gral. Juan Carlos Onganía.

Ya había pasado la “primavera del 73” y solo faltaba un mes para que en San Lorenzo los obreros petroquímicos de PASA, protagonizaran uno de los hechos más importantes de los años 70: luego de tomar la fábrica, gestionaron la producción por un mes.

Eran épocas de hazañas, de vivir para poder hacer realidad aquella consigna: “Solo la lucha nos hará libres”.

Y hablando de hazañas, eso lo viviríamos el 2 de junio de 1974, los leprosos del Parque. Era lo deseado, la posibilidad de consagrarnos Campeones en la casa del eterno rival: Rosario Central.

Era la finalísima, el último partido de la ronda final del Metropolitano del 74. Ñuls con cuatro puntos, Central dos, Huracán dos y Boca ninguno. Central debía ganar sí o sí para amargarle la existencia de por vida “a la lepra”.

Al decir de los especialistas, Ñuls con su “jogo bonito” y Central con un “equipo aguerrido y metedor”, se vería las caras en esa cancha que no era todavía El Gigante de Arroyito (nombre que devendría con la ampliación que realizó la dictadura de Videla para el Mundial de la represión).

La ciudad partida en dos, y por todos lados brotaban los colores rojinegros y auriazules.

Duro, muy duro el comienzo. Un penal a los 45 minutos convertido por Arias ponía a Central 1 a 0 arriba, y  a los 24 de segundo tiempo el “dúctil” Aimar ponía las cosas 2 a 0.

Chau título pensaron algunos.

Pero, al minuto Capurro encendió la esperanza para los rojinegros al descontar. Faltaba una eternidad para el final. Y cuando quedaban 9 minutos, el relator dijo “Capurro sale jugando para Rebotaro, abre hacía Picerni, que envía un centro, Magan se eleva y cabecea hacía atrás… recibió  Marito Zanabria y con esa “zurda bendita” desde afuera del área clavó “el balompié” en el ángulo superior del arco de Biasuto, que Voló, Voló, Voló, pero no llegó.

¡GOL leproso! ¡GOOOOLLLLLL! La hazaña y el sueño se hacían realidad.

Faltando dos minutos, la hinchada local invadió la cancha, y la parcialidad leprosa hizo lo propio para dar la vuelta olímpica ¡Se terminó el partido!  

Desde la tribuna centralista se había pensado ¡Esta ofensa jamás y ante nuestras narices nunca! Los leprosos entraron igual.

La cancha, como el país en esos años 70, fue una batalla campal. Y el histórico Dellacasa pitó el final.

                     ¡ÑULS CAMPEON EN ARROYITO Y ANTE CENTRAL!

Vale recordar aquel equipo rojinegro que estuvo integrado por Carrasco; Rebottaro, Pavoni, Capurro, Barreiro; Picerni, Berta, Zanabria; Santamaría, Obberti (Ribecca) y Rocha (Magán). DT: Juan Carlos Montes.

Soñar con más era la Revolución, por la cual tantos luchábamos en esos días.

Posteriormente, por el país pasaron los caranchos genocidas, con su estela de desapariciones, represión, exilios, cierres de fábricas, desocupados, deuda y más deuda externa.

Los leprosos después nos llevamos lo campeonatos del 87/88, 1990,  90/91, 92, 2004 y 2013.

Pero aquel de 1974, tiene ese sabor de las exquisiteces culinarias, por haberse logrado contra el rival de siempre y en su casa.

Una hazaña más del GLORIOSO NOB, EL DE LOS COLORES ROJINEGROS