ALIMENTACIÓN E IDEOLOGÍA

“la cocina es el lenguaje en el que una sociedad se expresa inconscientemente”. Claude Lévi–Strauss

En argentina hubo una moda alimentaria “vegetariana”, (a diferencia de la vegana, estos también comen derivados animales como lácteos y huevos), devenida de las culturas japonesas, chinas e hindúes. La religión hinduista también profesa no comer carne, aunque algunas sectas sí lo hacen. La dieta macrobiótica (que incluye pescado), también tiene toda una filosofía de vida detrás y una ideología de la alimentación y la salud; dietas que llevan miles de años de experimentación, desarrollo y evolución. Otras dietas como en las del judaísmo o musulmana, la religión juega un papel ideológico clave en cómo y qué debe ser consumido. El modo de matar a un animal tiene un papel más que importante en el judaísmo, ya que debe ser un rabino el que practique el sacrificio del animal.

En este nuevo siglo se instala la comida vegana, basada en una ideología que extiende el amor por las mascotas hacia los animales que comemos. Todo ser animal siente, respira y sufre, por lo tanto, no debemos matarlo; ni siquiera comer sus huevos, leche o derivados, porque también se los maltrata. La comida vegana no toma en cuenta nuestra salud. El que la practica debe tomar suplementos farmacológicos para no enfermarse, lo que demuestra que esta dieta no cumple con las necesidades biológicas de la alimentación humana, no se basa en la relación del hombre con sus condiciones culturales, históricas, sociales y económicas, sino en el amor por los animalitos y en el rechazo al maltrato. 

Los movimientos de veganos están instalando el maltrato animal como delito, para intentar extenderlo a la industria de la alimentación cárnica propia de la Argentina. Esta industria comienza a verse cuestionada con una salvaje violencia verbal por parte de los veganos y su amor incondicional por los animales, cuyas proteínas de rápida absorción necesitamos para alimentarnos. Esta ideología lleva a muchos desorientados pero receptivos comensales, a comer cualquier cosa que no sea un producto animal, y es muy probable que los mande al médico si no tienen la educación y la capacidad económica necesaria para afrontar este tipo de dietas. El veganismo es una dieta que puede practicar la clase alta y media, aquellos que pueden darse el lujo de tragarse un fármaco diario como suplemento. La mozzarella, por ejemplo, es un producto lleno de proteínas, y es reemplazado por la papa (paparella), que es un carbohidrato. De esta manera se generan desórdenes alimentarios por doquier. La información falsa en internet es de temer y la desculturización de la alimentación también. 

Si se instalara el amor hacia las plantas de forma más vehemente del que ya está instalado, dentro de poco no comeremos zapallo, porque camina, (la planta se traslada por la tierra a zonas mejor iluminadas y con más nutrientes); se puede argumentar que siente el sol. Dicho esto, no comeríamos más vegetales porque también sienten y sufren cuando las condiciones no son las ideales, es más, a muchos árboles se los maltrata para que den más frutos, ya que si la planta se siente cómoda no los produce en demasía. Científicamente está demostrado que las plantas caminan (1). ¿Por qué el amor hacia nuestras mascotas ha logrado llegar al punto de hacernos daño a nosotros mismos? ¿Cuál es el límite?

La ideología en la alimentación está desbocada, librada al azar de quienes intentan por su parte y como pueden, haciendo preparaciones que no contengan producto animal. Falta que esta ideología se simiente en una revisión global de nuestra alimentación y necesidades corporales basadas en la ciencia, ya que de otra manera podría ocasionar daños al cuerpo social, que repercutiría en la salud pública en general. Nutricionistas, cocineros, pasteleros e investigadores deberían ponerse de acuerdo para crear menúes inherentes a esta ideología alimentaria y así crear dietas y platos ricos en nutrientes necesarios para nuestra salud y platos que puedan ser preparados por las familias o las industrias, construyendo un orden. 

Alimentarse no es cualquier cosa, es cosas de todos los días. Y es tan así, que la propia alimentación de a poco, y con el devenir de los años, puede causar enfermedades o curarnos. Desde el Estado y las escuelas se debería enseñar cómo producir un régimen variado que no contenga derivados de animales y que sea amable con nuestra salud, una propuesta lógica que llene un espacio hoy inexistente, y abordado en respuesta a la abundante información en internet, contradictoria y muchas veces falsa, o de poco valor nutricional. 

En el ejemplo que di sobre la pizza vegana se nota la diferencia nutricional y su consiguiente peligro para la salud. El mundo está plagado de ideologías, algunas constructivas, otras destructivas, otras se pueden encaminar hacia un buen fin. Es evidente que producir alimentos que no contengan productos animales ni derivados de los mismos puede ser bueno o malo, según como se lo encare. Pienso que una nueva forma de alimentarnos es posible, la multiplicidad de opciones hace bien en un mundo sobrepoblado y donde la comida cada vez escasea más, generando hambre y desnutrición, especialmente en los países de menores recursos.

(1):https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/09/130911_ciencia_planta_esporas_con_patas_salta_camina_np