
CONVERSANDO CON EL ENEMIGO
2021-12-16 Desactivado Por ElNidoDelCuco
Por ALEJANDRO PASCOLINI
Realizando un relevamiento muy poco riguroso acerca de cómo nos comunicamos cotidianamente, logré llegar a unas conclusiones que no me conformaron en absoluto pero que pueden servir de punto de partida para pensar por qué nos cuesta tanto entendernos.
Una modalidad muy común en las charlas con amigos y enemigos es la consistente en no prestar demasiada atención a lo que se nos está diciendo y sólo esperar a que termine nuestro interlocutor de emitir su mensaje (a veces ni siquiera eso), para intervenir compulsivamente, con el objetivo de anular lo más relevante que pueda portar su mensaje. Todo lo que se nos dice pierde su potencia bajo la sanción de nuestra respuesta que, caprichosamente, ordena las palabras antedichas bajo la égida de nuestros preconceptos.
Otra cuestión que comporta un cáncer comunicacional es la de creer con la seguridad y rapidez de un ninja que sabemos de lo que se nos está hablando.
Sin preguntar acerca de elementos contextuales mínimos que nos brindarían un marco de cierta coherencia para la comprensión de lo que se nos relata, ya creemos poder componer un cuadro de situación más que necesario para opinar sobre la verdad verdadera de la pobre víctima que, ingenuamente, creyó encontrar en nosotros un mínimo de lucidez para confiar sus problemas. ¿De dónde sacamos tantas opiniones?
También decimos lo que hay que hacer…”A vos te conviene hacer lo que hice yo”, frase que al ser escuchada por la ya cansada persona que se acercó a morir de aburrimiento en manos de nuestro discurso, no puede más que resultarle irónica y absurda, ya que conociendo nuestra historia personal no puede más que desconfiar de la efectividad de cada una de nuestras acciones… y entonces de rechazarlas radicalmente como referentes de acción.
La insistencia con lo que no funciona es peor que el dolor genital.
Cuantas veces insistimos con que el otro “entienda” sin siquiera suponer que, o los que estamos equivocados somos nosotros o que los que debemos entender somos nosotros que el otro no quiere o no puede entender. Repetir lo que no produce un cambio es la metástasis del dolor psíquico (por eso no seguiré repitiendo esta noción).
Continuando la presente descripción de los diferentes modos de debilidad discursiva nos encontramos con escenas donde no podemos captar más allá de lo que se nos dice, lo que se nos quiere decir.
Una buena forma de sostener vínculos de sometimiento y peor aún, de aburrimiento, es la de eliminar del campo de las interlocuciones aquello que pueda bordear la verdad y el deseo de quien nos habla. Sujetarnos a lo literal de los dichos ajenos y no a su intención desconocida es una buena forma de quedarse en el terreno de lo conocido y de rutinizar hasta asesinar la sorpresa, no sé si se entiende lo que les quiero decir…
Pero la peor, la imperdonable, es la que se encuadra en una situación de la que fui testigo en un bar del barrio de Flores.
Un muchacho mientras almorzaba con una chica le comentaba acerca de sus problemas del trabajo. Como tiende a ser muy frecuente cuando hay quejas sobre la actividad laboral, el malestar estaba referido a que el joven decía cargar sobre sí más responsabilidades de las que consideraba justas. La mujer lo escuchaba atentamente tratando de aportarle algo que disminuya su disconformidad en intentos que caían al vacío…
Transcurrido un tiempo muy extenso de conversación (yo seguía en el bar para poder dar cuenta del desenlace del intercambio) ella le preguntó: ¿Te hizo bien hablar conmigo?
La respuesta del individuo fue: No… la verdad es que no…
La ingratitud frente a quién intenta, cómo puede, ayudarnos, es lo peor que puede pasarnos en esta vida.
Para responder así mejor hubiera sido no haber nacido.
Por ANDRÉS GARCÍA Empecé el año escribiendo sobre lo que significó para los argentinos el mundial de Qatar 2022. Creo que nunca habíamos visto un… Por ARIEL STIEBEN”Maldita sea, Cali es una ciudad que espera, pero no le abre la puerta a los desesperados”. Andrés Caicedo, Piel de verano. Toda la obra… Por FACUNDO GARCÍA PASADO Estamos empezando la pesadilla consciente del gobierno libertario sin entender cabalmente qué es lo que nos pasó para llegar a esto. Apenas sabemos que no hay… EDITORIAL A Hari Seldon lo conocimos en persona, en el primer capítulo del primer libro de la saga “Fundación” de Isaac Asimov. Había nacido en… Por ALEJANDRO PASCOLINI El sociólogo alemán Norbert Elias en su obra “Ensayo teórico sobre las relaciones entre establecidos y marginados” (1), afirma que…Últimas Publicaciones
DURMIENDO CON EL ENEMIGO
Por
ElNidoDelCuco
ESCRIBIR PARA QUE NADA SIGA IGUAL
Por
ElNidoDelCuco
LA UTOPÍA DEL FUTURO
Por
ElNidoDelCuco
LA PSICOHISTORIA
Por
ElNidoDelCuco
PREJUICIO, ENVIDIA Y EL HUMOR ESTERIL POSMODERNO
Por
ElNidoDelCuco