EL DESTINO MANIFIESTO DE EEUU

EL DESTINO MANIFIESTO DE EEUU

2021-07-05 Desactivado Por ElNidoDelCuco

 

 

 

 

 

 

 

 

Por VALENTÍN LA GIUSA

“El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la providencia para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino”

John L. O’Sullivan, en 1845, en la revista Democratic Review de Nueva York.

           

 

     Luego de la independencia de los EEUU en 1776, el país consiste territorialmente en los primeros trece estados ubicados entre los Montes Apalaches y el océano Atlántico (Noreste del actual territorio). Es el momento en que el país comienza su proceso de expansión hacia el oeste, hacia el océano Pacifico. Como sustento ideológico a esta expansión, nace la doctrina del Destino Manifiesto. Esta doctrina es un conjunto de ideas y principios que, en un comienzo, sostiene la creencia en que Estados Unidos es una nación elegida por Dios para expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico durante el siglo XIX, con el fin de llevar a todos los rincones de Norteamérica la “luz” de la democracia, la libertad y la civilización.

Esta ideología sostiene que EEUU es una nación superior elegida por Dios para expandirse, ser una potencia mundial y que Él tiene a la república democrática como la forma de gobierno predilecta. Así es como Dios le da a EEUU un aura divino a sus expansiones y acciones y legitima su poder, proceso similar al de las monarquías absolutas del siglo XVI que utilizaban la teoría de la monarquía divina para justificar el poder supremo del monarca por la idea de que Dios le da ese poder. Es como si se pasara de la monarquía divina a la nación divina.

El Destino Manifiesto aparece conveniente para políticos y líderes de opinión para justificar la expansión imperialista de los Estados Unidos hacia el oeste y su guerra contra México entre 1846-1848, donde EEUU integró más de la mitad del territorio mexicano. Hay que tener en cuenta que la doctrina del Destino Manifiesto nace en un siglo en que el expansionismo y el imperialismo se veían como comportamientos necesarios si una nación quería fortalecerse y desarrollarse.

Los principios e ideas del Destino Manifiesto se mantienen en el siglo XIX, pero luego sostiene en el tiempo y trasciende del territorio de Norteamérica hacia todo el mundo. Esto es así porque es un sustento ideológico que justifica las expansiones y acciones imperialistas de EEUU en el mundo. Pero hay que tener en cuenta que el Destino Manifiesto fue mutando en distintas formas doctrinarias que se adaptaban al contexto histórico.

Si bien la doctrina del Destino Manifiesto es un manifiesto político, su esencia es religiosa y nace en las mentes de los norteamericanos de las colonias inglesas en el siglo XVII. Los ingleses que colonizaron la costa este del territorio que sería EEUU eran profundamente religiosos, adeptos al puritanismo, que será una de las ramas del protestantismo, y creían que el Nuevo Mundo era la tierra prometida donde podrían cumplir la misión encomendada por Dios. Es así como en esta época colonial surgirá la idea estadounidense de ser un pueblo elegido entre los demás del mundo.

Con el Destino Manifiesto, el pueblo estadounidense se percibe así mismo como protector y defensor de la legalidad, la libertad y la democracia por su creencia de tener una superioridad moral al ser el pueblo elegido por Dios. Esta creencia les permitió justificar su intromisión en los asuntos internos de otros pueblos, que serían los no elegidos e inferiores y que debían ser orientados y encarrilados por los EEUU con la posibilidad de ejercer la violencia contra estos si el país norteamericano lo consideraba necesario. Es así como EEUU percibe sus relaciones exteriores como si se tratara de una cruzada moral donde deben luchar contra el mal para defender la libertad y seguridad del mundo.

El Destino Manifiesto fue un sistema de valores que funcionó como base para la construcción de un imperio, como desarrollo de una identidad nacional, y cómo EEUU concibe el mundo, cómo se relaciona con él y piensa qué lugar ocupa en él. La doctrina justifica y alienta el imperialismo del país norteamericano en el mundo y sus acciones por que la expansión es, supuestamente, obvia (manifiesta) y certera (destino).

Luego de la Segunda Guerra Mundial, EEUU se convierte en una superpotencia mundial, por lo que obtuvo la posibilidad de llevar a cabo el Destino Manifiesto en su máxima expresión. Transformaron el anticomunismo dentro y fuera de sus fronteras en una ideología, en una manera de enfocar las relaciones internacionales a partir de un objetivo que les parecía planteado: Ser el adalid de la democracia, los defensores de la libertad individual y colectiva de los pueblos, los cruzados en la lucha contra el peor de los regímenes, aquel que negaba la posibilidad de la libre empresa y el libre mercado. Es así como EEUU se percibe así mismo como la encarnación del bien supremo y la nación elegida por Dios que debe combatir el mal, que en la guerra fría sería el comunismo. Incluso Reagan consideraba a la URSS como el imperio del mal.

Luego de la caída de la URSS, enemigo que encarnaba el mal, Estados Unidos y su complejo militar-industrial se dieron a la tarea de buscar nuevos enemigos malévolos, necesarios para mantener en actividad la industria de la guerra, industria fundamental para el país norteamericano. Washington encontró nuevos enemigos: el mundo del islam, narcotráfico, mafias internacionales, crimen organizado, explosión demográfica, inmigrantes, terrorismo.

En cuanto a la conveniencia y obsesión de EEUU de encontrar permanentemente males en el mundo, el presidente Bush en su discurso del Estado de la Unión el 29 de enero de 2002 utiliza la expresión “Eje del Mal” para describir a los regímenes qué apoyan el terrorismo. Los estados-nación que Bush mencionó en su discurso fueron Irak, Irán y Corea del Norte, a los cuales posteriormente se agregaron Libia, Siria y Cuba. David Frum, quien elaboró el discurso de Bush, contaría en sus memorias que la expresión tan sólo buscaba crear una argumentación para invadir Irak, lo que sucedió, porque según la administración Bush Irak poseía armas de destrucción masiva, lo que luego se comprobó que no era verdad.

El expresidente Trump tuvo también su “Eje del Mal”, esta vez conformado por Venezuela, Cuba y Nicaragua. El discurso es que son las fuerzas de la opresión, el socialismo y el totalitarismo y provocan una enorme inestabilidad regional y son la posible génesis de un comunismo en el hemisferio. Este discurso justificará, en parte, el paquete de sanciones a estos tres países latinoamericanos supuestamente peligrosos.

 

La doctrina del Destino Manifiesto ha servido de base a siguientes doctrinas de política exterior de EEUU en su historia:

  • Doctrina Monroe: La idea de que el Destino Manifiesto en EEUU debía expandirse constantemente llevó al desarrollo de la Doctrina Monroe, sintetizada en la frase “América para los americanos” enunciada por el presidente de Estados Unidos James Monroe en 1823. Establecía que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de los Estados Unidos. Al principio no pasó de ser una simple declaración hecha por un Estado sin recursos militares suficientes para sostenerla, pero a mediados del siglo XIX, donde su poder es incrementado puede aplicar la doctrina. Así el país norteamericano mantiene la hegemonía europea fuera del hemisferio siendo el único imperio en el continente, lo que le da una gran ventaja o vía libre de expandirse indiscriminadamente.
  • Corolario Roosevelt: Es una sustancial alteración a la Doctrina Monroe por parte del presidente Theodore Roosevelt (1901-1909). La idea del Destino Manifiesto continúa vigente, ya que EEUU sigue en su expansión supuestamente obvia y certera. La doctrina Monroe ahora alterada por el corolario Roosevelt consideraría a América Latina y el Caribe como territorio para expandir los intereses comerciales de los Estados Unidos en la región, adicional a su propósito original, de mantener la hegemonía europea fuera del hemisferio. En esta enmienda se afirma, que si un país latinoamericano y del Caribe situado bajo la influencia de los EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno norteamericano estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país “descarriado” para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. Esta idea del país “descarriado” también viene del Destino Manifiesto, donde yace la creencia de que los EEUU tienen una superioridad sobre los demás, por lo que ve como justificada su intromisión en los asuntos internos de otros pueblos, que serían inferiores y que debían ser “orientados y encarrilados”.
  • Doctrina del gran garrote: Siguiendo con la idea de la supuesta legitimidad de EEUU de intervenir en otros países, esta doctrina Ilustra la voluntad del imperio estadounidense para realizar negociaciones y pactos con sus adversarios externos, pero siempre mostrando la posibilidad de una actuación violenta como modo de presión. Postulaba que los desórdenes internos de las repúblicas latinoamericanas constituían un problema para el funcionamiento de las compañías comerciales estadounidenses establecidas en dichos países, y que en consecuencia Estados Unidos debía atribuirse la potestad de “restablecer el orden” interviniendo de distintas maneras, como la intervención armada.
  • Doctrina de la seguridad nacional: En la Guerra Fría, el comunismo es percibido como una amenaza a la seguridad nacional de EEUU. Se pensaba que el comunismo acabaría con las libertades y los derechos individuales en el país donde se instaurara, y las violaciones a los DD. HH. serían necesarias para evitar la acción o la instauración del comunismo, que serían vistas como un daño colateral o un sacrificio menor. Con esta excusa, Estados Unidos propició, fomentó e instaló sangrientas dictaduras en el continente que estaban subsumidas a su poder. En esta Doctrina de la seguridad nacional podemos ver claramente una contradicción en cuanto el Destino Manifiesto, porque por un lado EEUU percibe que debía defender las libertades y derechos amenazados por el comunismo pero a la vez estaba dispuesta a violarlas de ser necesario para frenar la expansión comunista.


A lo largo de la historia de EEUU podemos ver como la doctrina del Destino Manifiesto fue mutando en diversas formas doctrinarias. Pero, a pesar del cambio, la postura ideológica era la misma: justificar sus acciones externas en el mundo con el fin de expandir su poder. Este es un país que tiene vocación de expansión inclusive ya antes de su independencia ya que querían librarse del imperialismo británico para poder tener su propio imperialismo, comenzando con la expansión hacia el oeste, justificada por el Destino Manifiesto. Es una nación que tiene a la expansión de su poder como su más grande aspiración y estará dispuesta a todo para poder llevarla a cabo. Es por esto que necesita sus doctrinas para justificar ante el mundo sus agresiones externas y lograr una legitimidad de estas. De acuerdo al contexto histórico, el Destino Manifiesto fue mutando en diversas formas para amoldarse a la situación y aspiraciones de EEUU en cada momento. Pero la esencia es siempre la misma desde un comienzo: justificar la expansión, imponerla como algo inevitable, lograr consenso internacional para llevarla a cabo. Para esta misión, tendría que abrir un frente imperial más: el imperialismo cultural.

Este imperialismo tendrá como objetivo moldear las mentes de las sociedades de los países para proclamar a EEUU como la cúspide civilizatoria y para generar así el consenso de su expansión, con armas propagandísticas como Hollywood, la principal industria cinematográfica del mundo. Se busca así una empatía hacia el país norteamericano, el ponerlo como ideal de país e ideal de modo de vida, por lo que las creencias y valores de la sociedad estadounidense se universalizan.

Todo esto impacta en la conciencia popular, efecto con el que EEUU busca lograr una imagen cada vez más positiva y lograr su eterno cometido: justificar y legitimar sus acciones imperialistas de expansión y sometimiento de las demás naciones.

  

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