HISTORIAS DEL FIN DEL MUNDO – Parte XII

Los árboles dejaban entrever una pequeña foto que se definía a unos cien metros. 
Era todo árboles y la foto: una de tierra que moría, vaya a saber dónde, y un tipo (chueco) con buzo mitad negro mitad blanco que se tambaleaba hacia el horizonte.
Escuché el retumbe de disparos a lo lejos y así me enteré de la foto.
Fueron dos juntos, uno, tres y uno. Espaciados.
El tipo no tiraba, pero delataba el origen: un descampado de pastizales, con tranca y un cartel “vende”.
Una bici entró en escena; levantaba polvo la velocidad. Peligro.
Fueron veinte segundos de noticia. Ahora calma, el viento castigando a los árboles y el sol macheteándome la nuca.
Eso fue todo.
Ya no me asustan los latidos del corazón, la expresión sonora más grande oída antes de los corchazos.
Una noticia, la primera.
Quizá, no descarto, alguien haya salido a jugar con burbujas de plástico de embalar por la mañana…