EL DEDO EN LA LLAGA
2019-10-18 Desactivado Por ElNidoDelCuco
EDITORIAL
17 de Octubre de 2019
Tal como se preveía, el primer debate entre los candidatos a presidente resulto en una mezcla hilarante de paparruchadas, pases de facturas, tropiezos discursivos y fallidos golpe de efecto. Todo mientras el aburrimiento se iba apoderando de las dos horas que duró el debate, que tuvo, en ese marco, de todo un poco.
Para empezar, el candidato del Frente de Todos pareció dar el discurs en bolas, haciendo pasitos de baile en su lugar mientras respondía y retrucaba a las consignas y ataques de los otros candidatos con una solvencia que por mucho superó a sus contrincantes. Fue el único que estuvo a la altura de lo que uno piensa debería ser un candidato a presidente, mas allá de lo que dijo y del poco tiempo que se tiene para desarrollar una idea. Así y todo, le alcanzaban dos minutos para exponer y encima le sobraba un segundo para decir gracias.
Al que nunca le alcanzaba el tiempo era a Gómez Centurión que sin embargo no se privó al igual que Espert en hacer apología del terrorismo de estado, ni de imaginar lluvias de misoprostol. Clara táctica que podría resumirse con este concepto: Ofendamos a todos al mismo tiempo. Por su parte Lavagna parecía estar a punto de desmayarse en cualquier momento, cosa que tal vez hubiera pasado desapercibida, por lo menos hasta el momento que le tocara hablar nuevamente.
Y por supuesto Del Caño, que mientras se colgaba en la espalda una bandera que decía Egresados 2019, en su primera intervención de 45 segundos pidió un minuto de silencio por la situación de Ecuador; se achicó las dos veces que Espert lo corrió y cuando expuso acerca del aborto terminó su discurso haciendo una pantomima de nene de secundario tribuneando para la rebeldía teenager. Siempre es bueno recordar que uno es un aliado; acuérdense. Es que aquí, la diferencia esencial, es la vocación por el poder, la cual la izquierda carece por completo.
Por último, Macri habló como si él no fuese el presidente y dijo que iba a hacer todo lo que el presidente no hizo y que así no se podía seguir. Dicen que estuvo a nada de admitir que va a votar por Alberto, reconoció a Kichilove como futuro gobernador y terminó solo en su lugar mientras todos los candidatos se saludaban entre sí al final del debate. Minutos después, los medios oficialistas independientes daban como claro ganador del debate al presidente y estuvieron tres días seguidos hablando de un dedo y militando para que los que iban a votar a Alberto, al ver que levanto su dedo índice en un debate, voten a Macri, que no tiene esos gestos autoritarios. Sí, hay gente militando esto.
Desde un 17 de octubre hace 74 años que a la oligarquía le molesta el dedo que los señala, como responsables que son de todas las caídas al infierno que tuvo este país. Molesta ese subsuelo de la patria sublevada que exigió y exige tener derecho a vidas más dignas.
En historia no es científico hacerse la pregunta sobre el que hubiera sido. Pero es interesante pensar qué hubiera pasado si el proyecto peronista no hubiera sido derrocado con el golpe del 55. Demasiadas cosas cambiaron después y queda la impresión de que el peronismo vio cortado su desarrollo y que tal vez, solo tal vez, si eso no hubiera sucedido las cosas serían muy diferentes. No hay doctrina que no deba ser revisada, no hay teoría que no esté sujeta a refutaciones. Pero también hay certezas, un pueblo que hasta ese momento era invisible explotó en la cara de un país burgués para discutir poder…
Y acá estamos, y tal vez como nunca sucedió desde el regreso de la democracia, con la certeza de que algunas cosas deben cambiar definitivamente como habían empezado a cambiar hace 74 años.
Evita: “No hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos.”