¡ES EL AMOR ESTÚPIDO!

“Pues que el hombre sea redimido de la venganza.

Ése es para mí el puente hacia la suprema esperanza

y un arco iris después de prolongadas tempestades”.

F. Nietzsce. AHZ , “ De las tarántulas”

             En una entrevista hecha por Luis Novaresio el 11 de Julio de este año, Estela de Carlotto cuenta que, debido a que la mayoría de los familiares de los nietos buscados iban muriendo con el tiempo, inventaron junto con la Universidad de Sociales, hace unos 20 años, un Archivo Biográfico Familiar. Empezaron haciendo entrevistas a toda la familia de los nietos que estaban buscando, para rescatar las voces del abuelo, padres, primos, amigos, etc. Fotos, videos, recuerdos… en una caja, bien clasificada. Ese archivo está esperando a los nietos. Cuando llega el nieto recuperado, si está listo, se le entrega la caja, donde va a poder encontrar, y escuchar, las voces de los que ya no están, y que forman parte de su historia robada.

Este gesto de amor inconmensurable, es una mínima parte de las políticas llevadas adelante por Abuelas de Plaza de Mayo. Gracias a ellas 130 personas recuperaron su identidad, 130 familias pudieron reencontrarse.

Estas madres y abuelas que perdieron a sus hijos y nietos durante la última dictadura cívico-militar, y que se enfrentaron a ellos sin armas de fuego, y que sufrieron la ignominia de los indultos firmados por Carlos Saúl Menem, que dejaba en libertad a todos los genocidas; ellas que hubiesen estado más que justificadas si recurrían a la violencia, nunca se corrieron del camino que  marcaron desde un comienzo: Memoria, Verdad y Justicia.

Cuesta creer que el amor vence al odio. Pero cada nieto recuperado es un cachetazo para el enemigo. Cada represor o cómplice condenado, es una luz de esperanza para un futuro incierto.

Cuesta creer que todavía hoy haya que estar reivindicando las políticas de Derechos Humanos y defendiéndolas de aquellos que la acusan de venganza. Sucios de odio, mugrientos morales, nostálgicos de aquellas épocas oscuras. Esos mismos que acusan con el dedo a la manifestación más grande de amor que hubo en nuestra historia. Muy pocos podrían ponerse sus zapatos y no sucumbir al odio y la venganza. El amor los irrita, la alegría les da náuseas. Por eso estas sombras humanas piensan que es una venganza enmascarada en el amor o la justicia. Porque esperaban venganza, porque quieren vengarse de esa falta de venganza.

Qué nos importa a nosotros andar justificando el amor. Habría que caer muy bajo y arrastrarse para hablar con estas serpientes venenosas, que en última instancia tampoco entenderían de qué se trata. El odio los moviliza, por eso profundizan la grieta. Pero el amor construye puentes que suturan esa insondable herida que no deja de sangrar.

Nosotros nunca dudamos de qué lado tenemos que estar. De este, acá donde nos abrazan las madres y abuelas que supieron convertir un profundo dolor en amor, y predicar con el ejemplo. Gracias a ellas hoy somos un ejemplo de dignidad en el mundo.

Esto es lo que nunca van a entender los profetas del odio: ¡Es el Amor estúpidos!