ACUERDO MARCA ACME
2019-05-13 Desactivado Por ElNidoDelCuco
EDITORIAL
9 de Mayo de 2019
Si hay algo que la vida nos demuestra, pero en particular la historia política argentina, es que la frase “Del ridículo no se vuelve” es falsa. No es que quiera pararme de manos contra Sarmiento que fue el que la utilizó por primera vez en uno de sus libros, y menos del general Perón que la solía utilizar también. Pero se vuelve de eso y de mucho más.
Miles de personas se horrorizan en estos días con la científica del Conicet que fue a un programa de concursos para ganar plata y seguir investigando una cura para el cáncer, funcionarios del gobierno la felicitan, los medios retratan el hecho con una asepsia tan grande que el adalid del periodismo de guerra debe estar revolcándose en su tumba, y uno no deja de pensar en ese gran porcentaje de científicos que en 2015 votaron a Macri convencidos, cual maestra de primaria, de que iban a cobrar 40.000 pesos o más, y que hasta el 2017 más o menos mantuvieron silencio o expresaban su apoyo a personajes como Barañao.
Cómo los científicos, gente preparada, la reserva intelectual del país, iban a sospechar de un candidato que representa a la peor fracción concentrada de la economía argentina, que se fortaleció durante la última dictadura, que es portador de hábitos especulativos, predador del Estado, endeudador y fugador. ¿Será como decía Jaureche, que la clase media es experta en resucitar cada tanto a sus verdugos?
De todas maneras, con el fallecido acuerdo nacional de 10 puntos que nadie nunca va a firmar, el presidente ya entró en esa lista selecta encabezada por Pierre Nodoyuna, el gato Tom y el Coyote, personajes cuyos planes nunca funcionan. Planes destinados a la población, por supuesto, los de ellos funcionaron muy bien, tal es así que con el trabajo realizado, el gobierno busca ese chivo expiatorio que apenas le de aire para llegar a Octubre.
Y por supuesto, los millones que votaron esto y ahora se quieren cortar las partes con una Gillette oxidada, pero no lo van a reconocer ni a palos. Abrazan la explicación del gobierno y el periodismo oficialista que les dice que el riesgo país, el dólar y la fuga de capitales es por los paros y marchas y por un libro de cuentos para colorear. Y mientras tanto, el Banco Central dejó de informar a diario la variación de sus reservas. Toda se la están llevando.
Capuletos y Montescos, Batman y el Guasón, perros y gatos, la grieta o como quieran llamarlo, cada uno va quedando de un lado y del otro, así no seas más que uno que dice que la política no le interesa o dice que aborrece a este gobierno pero no va a votar al peronismo si es que la chorra va de candidata, la división entre una vereda y otra es lo más claro que tenemos en la política argentina hoy. El problema es que en la vereda de los queremos terminar con estos mamarrachos, aparecen personajes que difícilmente uno podría defender a todo nada y que sin embargo están claramente siendo perseguidos como por ejemplo, los allanamientos en distintas sedes de Camioneros con 180 mil gendarmes y toda la nafta para los móviles que no tienen para llevar a Stornelli a declarar a Dolores. Y paraditos al lado en la misma vereda tenés a la izquierda revolucionaria que pasó de quemarle vagones al peronismo a no pararle ni 5 minutos al neoliberalismo que tanto dicen combatir. Como los héroes de historietas, el gran miedo de la izquierda es qué harían si su archienemigo es finalmente derrotado, cuál sería su razón de ser entonces. Mejor sigamos combatiendo al mal sin derrotarlo nunca para seguir así hasta el infinito y más allá.
Se festeja, se descubre, se resignifica la vida de Eva Perón de mil maneras diferentes, bienvenida la mirada histórica que busca actualizar a sus próceres y no condenarlos al bronce. Ahí va Eva, qué diría de nosotros, cuyos enemigos no son diferentes a los que ella combatió y sin embargo aquí estamos, riéndonos de que se convoque a un paro un 1° de Mayo y haciendo memes sobre el asunto.
Evita: “Cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que pueda dar, y aún más. Solo así construiremos la Argentina que deseamos, no para nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para los argentinos de mañana”.