FMI

       Se establecía entonces dos instituciones mundiales: el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (Banco Mundial) con los objetivos que, supuestamente, contribuirían a desarrollar una prosperidad mundial que evite las crisis anteriores de entreguerras. Más que cooperar con el crecimiento del mundo entero, fue más bien para el crecimiento de unos pocos países: las potencias mundiales.

Lo que se puede deducir entonces son las verdaderas intenciones de estos organismos en sus políticas varias hacia los países en desarrollo.Al contraer un préstamo del FMI, el país deudor debe aceptar una serie de reformas estructurales para así poder afrontar los intereses. Para esto se apunta a reducir el gasto social en varias áreas, como recortes en educación y salud, reducción de la inversión pública como la infraestructura, reducción del empleo público, quita de subsidios en transporte y tarifas. Le siguen reformas como la jubilatoria, en detrimento de los mayores, y la implementación de la flexibilidad laboral. Se aboga por una apertura del país a productos extranjeros.

Suceden también casos de países donde se privatizaron las empresas públicas para lograr más fondos destinados al pago de la asfixiante deuda. Medidas todas que precipitan a la recesión económica, malestar social y reducción de la soberanía política del Estado.

Ahora, ¿porque el FMI receta estas medidas si llevan inexorablemente a la decadencia de un país en vez de al crecimiento y prosperidad supuestamente deseados por el FMI? La respuesta es que este organismo es funcional a las potencias más industrializadas (EEUU, Europa, China, Japón). Es un mero instrumento para lograr una Neocolonización a través de la División Internacional del Trabajo, que sirve a un reducido grupo de países, que además son los tienen más poder e influencia en el FMI (principalmente EEUU).

Estas medidas apuntan claramente a desindustrializar países, que optan por un modelo agroexportador, ya que la industria genera productos con más valor que las materias primas.

Las consecuencias son el sometimiento de los países periféricos a una industria liviana y un sector agropecuario. Las grandes potencias producen bienes de capital, industria pesada y diversos productos elaborados por la industria moderna.

Se logra así en América Latina, África y países asiáticos una dependencia económica producto de la poca diversidad de productos (peligroso en casos de caídas de precios), falta de competitividad en el mercado mundial y dependencia de precios fijados en el exterior, más una reducción de la soberanía política por parte de los países en desarrollo, al tener una riqueza inferior y en casos sectores estratégicos en manos de transnacionales (recursos naturales y áreas industriales clave para el desarrollo de un Estado), Estado que tendrá menos poder de negociación con el mundo.

Esta explicación acerca de las cuestiones de la dependencia económica y reducción de soberanía es muy breve, y es solo para mencionar algunos resultados concretos de las políticas del FMI.

Para las potencias mundiales se genera un superávit comercial, crecimiento sostenido, altos niveles de vida, estabilidad macroeconomica, capacidad de elaborar planes a largo plazo, desarrollo de ciencia, tecnología y educación, entre otras variantes

La pobreza, el hambre, las enfermedades, el desempleo, la falta de oportunidades, las medidas de corto plazo, los bajos niveles de vida, la desinversión en ciencia, tecnología y educación, la concentración de riquezas en unas pocas manos y un futuro poco esperanzador se apoderan de los llamados países en desarrollo.

Mientras sea así, se seguirá con este orden, orden que los propulsores de los Acuerdos de Bretton Woods anhelaban y cumplieron.