TODAVÍA QUEDA MUCHO POR HACER

TODAVÍA QUEDA MUCHO POR HACER

2018-12-17 Desactivado Por ElNidoDelCuco

 

Por ARIEL STIEBEN

 

De las promesas navideñas a las proezas del Viagra .El fin de año encuentra a todos con alguna factura impaga y con varias deudas con uno mismo. Entre recuerdos y deseos, todo lo que queremos conseguir antes de que sea tarde.

      El rito de cada año alrededor de la navidad era redactar una lista de buenas acciones y compromisos que nos asignábamos para el año que se iniciaba. Eran las “cosas buenas” a las que nos dedicaríamos como forma de pago por los regalos que pedíamos: mi hermano ayudaría a limpiar la casa, yo no me comería más las uñas. Era un aprendizaje que imponía el protestantismo del norte de Europa. Había que trabajar desde temprano para lograr así el camino al Cielo. Nada de esas costumbres nativas y católicas que determinan que: “bienaventurados los pobres porque de ellos será el reino del Cielo”. ¡Minga!. Para hallar esa huella había que trabajar.

A medida que uno crecía, las labores y las promesas se hacían más complejas. No fumar, no putear ni en público ni para adentro porque envenenaba la entraña. En la adolescencia había que estudiar, no llevarse materias a marzo. Cagarse la vida desde temprano, antes de que fuera tarde. Estábamos dedicados a custodiar un futuro que en realidad no existía. De chicos, la ceremonia de las “Resoluciones para  Año Nuevo” consistía en anotar la serie de actos y obligaciones prometidas en secreto. Luego se entregaban para su lectura, que era acompañada de dulces y bebidas de recompensa. Era una trampa: las listas de los chicos se leían, los adultos escribirían las suyas luego porque no habían tenido tiempo, y además ya es tarde y se van a descansar.

Siempre estaba la lista paralela, un siniestro detalle de maldades deseadas que compartían los pequeños con las estridentes y agudas carcajadas que son el sonido más delicioso de la niñez. La promesa de hacer dieta, la decisión de ir al gimnasio, que me voy a enamorar en serio, que me voy a divorciar seguro. Había que decir esto antes de que fuera tarde. Para la tercera semana de enero, todo lo prometido era un recuerdo. Las listas eran un ejercicio de temporada de fin de año. Se hacían para olvidar sabiendo que el año siguiente, parte de la ceremonia sería confesar lo incumplido de la navidad anterior. Marcaban una disciplina temprana de hacer proyectos para luego lamentar el paso del tiempo, se creaban recuerdos…

 

LO QUE SE FUE

…que cobran vigencia ahora cuando estamos obligados todos a pensar en lo cumplido, en lo comprometido, en lo abandonado. Se fue el año así nomás, no se perdió, pero había tanto anotado para hacer. Pienso en lo que fue. La contradicción está en que es a esta altura de la vida, en esta etapa del año, que es hora de cambiar. Para no cambiar, hay que cambiar. Será tarde para casi todo, también es hora de comenzar. Fernando Mas (1935-2003), periodista y escritor, dijo antes de morir de cáncer: “Quizás sean sólo los poetas los que pueden sobrellevar la gran decepción que sentimos en estos tiempos, cuando parece que ya nada podemos hacer”. El sueño más disparatado será ser cronista  y protagonista activo de un tiempo que nos ahoga en la náusea que nos producen las guerras, los políticos y los fundamentalistas religiosos, cuando ya nos es inútil atacarlos y ridiculizarlos”.

Me prometo bajar un cambio, hacer la siesta, beber menos, decidir con mayor tranquilidad. Antes de que sea tarde no debo asumir responsabilidades que me hagan vivir más tiempo en territorio ajeno que en mi propio hogar. No quiero justificar esa dedicación al empleo invocando la necesidad de mantener el trabajo, los contactos, las relaciones, los compromisos, las citas acordadas, el conocimiento de las impresionantes giras y recorridos programados donde van a estar todos, los lugares donde seguramente veré a quienes quiero que me vean. La vida en una agenda. Las entradas y anotaciones en una agenda no cambian ni modifican ninguna vida, son absolutamente superficiales, nunca agregarán nada a lo posible de vivir, leer, aprender, experimentar con los iguales y distintos.

Repito: la teoría de la siesta necesaria debe ser desarrollada. Hay que hacerla. Sin embargo, después vuelve ese viejo temor a dejar pasar demasiado tiempo. Si me aseguro que ya es tarde, caeré en la depresión. Es tarde para algunas cosas, o para nada. La práctica de renovar la ansiedad por el tiempo perdido cada doce meses es debilitante. Puede ser que ya vencieron muchas facturas que hubiera sido más tranquilizante pagar, pero ya es tarde. La ansiedad es mala consejera. Mejor sería resumir lo que aún da placer, y luego considerar lo que posiblemente se esté perdiendo sin remedio, que se pierde porque así lo dicta el paso del tiempo.

 

PREOCUPACIONES

¿Qué es lo que queda de la habilidad que pensábamos natural a los treinta, aún a los cuarenta? Ahora, en el tobogán descendente de los cincuenta, cuando el vigor de años más dinámicos es una añoranza de tiempos que no llenamos lo suficiente, ¿será tarde también para la acción más significativa de la vida? Habrá realmente que leer más libros de autoestima, como “Elogio de la lentitud” del canadiense Carl Honoré. Quiero que nunca sea tarde para pasarme días admirando las cosas simples. Maniobras de ingreso y egreso, creo que ahí está la metáfora del arte, el talento, el trabajo bien logrado y la culminación de la seducción como resultado de la perseverancia. Algunos me dicen que “antes de que sea tarde” quisieran lograr un triunfo deportivo, avanzar en la actividad profesional, viajar a la Polinesia, tener una audiencia para putear al Papa o trincarse salvajemente a Sol Perez, cosas que parecen posibles en igual medida. Sin embargo, no parecen importantes, y para ellas yo ya no tendría más tiempo.

A partir de ahora nos dedicaremos como alternativa final a ejercitar el área del pubococcígeo, esos músculos que flexionamos para expulsar las últimas gotas de orina. Miles de veces por año, los hombres suspiran por esto, las mujeres también. Debemos descubrir la relación tántrica que anteriormente no necesitábamos, para reforzar accesorios que puedan disminuir la posibilidad de incontinencia cuando realmente ya sea tarde.

Los libros son un recurso, si bien sus fórmulas son de lenta aplicación, quizá demasiado lentas cuando se ha vivido con impaciencia y siempre, siempre parecía que si las recetas no solucionaban los problemas de inmediato podía ser tarde. Además de los libros he probado de todo. El Sildenafil de Vorst, el Viagra original de Pfizer, o el Magnus de Sidus – mejor el de 100mg , porque algunas veces, por más ganas que parezcan andar dando vueltas por ahí, con 50mg no alcanza-.

Ya no es espontáneo. Hay que elaborarlo. Es imprescindible combinar una pastilla de Ranitidina con una de Sildenafil, para prevenir esa horrenda acidez que más tarde en la noche puede causar estragos en el sueño. También probé esas pastillas norteamericanas, el “Viagra alternativo” con yuyos incaicos, o mayas, recetas de curanderos lanzados a hacer fortuna con los mambos creados por la sociedad urbana. Lo único memorable del frasco de alternativos es la aguda indigestión que causó la primera dosis de prueba, y ahí queda el frasco, abierto tan sólo una vez.

 

Me preocupa que se acabe el amor antes que la vida, perder interés en amar. Me atemoriza que sea tarde para dar, y recibir. No temo que se termine, pero que lo pierda antes de terminar. Quiero renovar cada vez el descubrimiento de lo bello, la admiración de su calidad, el desarrollo de su nuevo conocimiento, la alegría de saberme correspondido, en cada instante, en la lectura de un pasaje aleccionador, en el primer y último abrazo. Sólo temo que alguna vez sea tarde para los momentos que atesoro en la imaginación. No sé si ya es muy o un poco tarde pero ando con apuro de hacer mucho aún. Renovaré la promesa de cada año, navegar tranquilo, sostener el sextante, perder el rumbo, dejar para siempre las ventanas y las puertas abiertas a la noche, sujetar el velamen y lentamente construir una nueva aurora con la proa  hacía la utopía de un nuevo  amanecer.

  

Últimas Publicaciones

2023-12-14 Desactivado

DURMIENDO CON EL ENEMIGO

Por ElNidoDelCuco

Por ANDRÉS GARCÍA           Empecé el año escribiendo sobre lo que significó para los argentinos el mundial de Qatar 2022. Creo que nunca habíamos visto un…

2023-12-14 Desactivado

ESCRIBIR PARA QUE NADA SIGA IGUAL

Por ElNidoDelCuco

        Por ARIEL STIEBEN”Maldita sea, Cali es una ciudad que espera, pero no le abre la puerta a los desesperados”. Andrés Caicedo, Piel de verano.          Toda la obra…

2023-12-14 Desactivado

LA UTOPÍA DEL FUTURO

Por ElNidoDelCuco

Por FACUNDO GARCÍA PASADO Estamos empezando la pesadilla consciente del gobierno libertario sin entender cabalmente qué es lo que nos pasó para llegar a esto. Apenas sabemos que no hay…

2023-12-14 Desactivado

LA PSICOHISTORIA

Por ElNidoDelCuco

EDITORIAL           A Hari Seldon lo conocimos en persona, en el primer capítulo del primer libro de la saga “Fundación” de Isaac Asimov. Había nacido en…

2023-12-14 Desactivado

PREJUICIO, ENVIDIA Y EL HUMOR ESTERIL POSMODERNO

Por ElNidoDelCuco

Por ALEJANDRO PASCOLINI               El sociólogo alemán Norbert Elias en su obra “Ensayo teórico sobre las relaciones entre establecidos y marginados” (1), afirma que…