CONSPIRACIONES

EDITORIAL – 29 de Agosto

     La capacidad del Sistema de capturar el sentido común deviene en la derrota de la llamada batalla cultural, donde se nos impone un individualismo salido de todo cauce, absolutamente referencial y de espaldas a lo común, es decir, a lo colectivo. No hay dialéctica individuo–colectivo, hay una exacerbación del egoísmo, simplificado en la idea de que a uno no le regalaron nada y todo es fruto de su esfuerzo. Es que la ideología funciona allí donde no se trata solo de un engaño, sino de naturalizar una verdad como constitutiva de la sociedad, esto es así, siempre fue así.

Y así, es posible instalar versiones de alianzas contra natura que quieren destruir al gobierno, desestabilizar, sembrar el caos y la anarquía y todos los males que quepan en su paranoia. Mapuches armados tratando de tomar el sur, Camporistas usando armas del RENAR para sembrar el caos, periodistas que afirman que el anterior gobierno entrego armas en las villas y hay 40 mil villeros esperando valla a saber qué para tomar el poder, trabajadores intentando tomar la casa de gobierno en La Plata,  troskos y K’s limando sus diferencias para atacar la educación, y así… No es solo crear un enemigo interno, sino también destruir la idea misma de organización, de pensar problemas desde lo colectivo.

El problema de las conspiraciones es que siempre terminan en callejones sin salida, en opciones drásticas y dolorosas para todos, pero en apariencia inevitables. Da la impresión que en el 2019 tendríamos que elegir entre la corrupción  o el hambre, dando a entender que los que te hambrean son honestos, y que te hambrean por culpa de la corrupción, no porque ellos estén haciendo negocios rifando el país. Otro problema de las conspiraciones es su carácter absurdo en sus postulados, por ejemplo, se robaron un PBI. Mientras las ministra de seguridad se excita pensando en conteiners enterrados llenos de guita, caemos en la cuenta de que si un billete de 100 dólares pesa 1 gramo, un PBI pesaría 600 millones de kilos y ocuparía 5400 millones de metros cúbicos, es como que tenés que hacer un pozo grande no?

No es cuestión de creer que la corrupción es un problema de voluntades, o de fallas de un sistema, no existe tal cosa tampoco. Sabemos que la corrupción es inherente al sistema capitalista porque este se basa en la acumulación en pocas manos de la riqueza y no en su justa distribución, pero ni siquiera podemos discutir esto, estamos inmersos en un nivel de discusión que roza lo oligofrénico y nos obliga a ponernos a la defensiva con respecto a las cuestiones más básicas. El derecho liberal puede ser discutido, se debe discutir, se debe cambiar inclusive en pos de una ley inclusiva y popular, pero hoy ese estado de derecho está siendo avasallado, no existe y ya tenemos bastante experiencia como para saber lo que viene cuando las garantías básicas no son respetadas, no hace falta describirlas. Porque si  a los poderosos se les niega las normas más básicas, qué queda para nosotros, en manos de qué autoridad, a merced de qué voluntad quedamos, ¿qué nos va a pasar si llegamos a tener la peregrina idea de ir a protestar a una plaza porque no tenemos que comer?

Y así estamos, frunciendo el entrecejo y otras partes del cuerpo esperando lo que sabemos inevitable, mientras los medios cubren el éxodo de la población venezolana y nos dice que acá está todo bien, que no hay que dar crédito a los desestabilizadores de siempre, que el 2001 es un recuerdo lejano y que la historia nunca se repite. Y sin embargo0, como en el 2001, el gobierno anuncia que el FMI le adelanta todos los fondos prometidos hasta el 2020 para que no haya default y los mercados se tranquilicen. Y el dólar se disparó igual, porque el  problema es que los mercados no miran TN, miran la realidad. Y con la guita, no joden.