“Guerra y paz en la aldea global”, de Marshall McLuhan

“Guerra y paz en la aldea global”, de Marshall McLuhan

2018-05-17 Desactivado Por ElNidoDelCuco

El pequeño ensayo lleva al comienzo esta leyenda: “Un inventario de algunas de las corrientes situaciones espasmódicas que podrían eliminarse con más anticip-acciòn”. Y despliega una enorme cantidad de ideas increíbles sobre comunicación e información que son la base de todos los desarrollos contemporáneos sobre medios y ambientes.

Por Ricardo Cuasnicù

        Lo primero que llama la atención del texto es que se refiere “al hombre fonéticamente alfabetizado”, como dando por obvio que se puede estar alfabetizado pero no fonéticamente, porque hay idiomas pictóricos (p.e.: el chino y el egipcio).

Es decir, que la alfabetización occidental tiene relación con el aislamiento de unidades fonéticas opositivas plasmadas en signos unívocos, a diferencia de los caracteres orientales que “arrastran consigo a la imaginación hacia universos poéticos o fantásticos”, lejos del espacio racional o representativo (pictórico) que contienen los idiomas fonetizados, que separan los sonidos de las palabras, como el griego.

Occidente es el nombre que lleva aquel espacio, aquellas circunstancias, aquella situación generada por el efecto ambiental del alfabeto fonético sobre la vida sensorial de la antigüedad griega.

El alfabeto griego establece un espacio racional, abstracto, representativo, un nuevo medio ambiente inventado-descubierto por el oído, un espacio uniforme, continuo y conexo, un espacio metafísico que trasciende la diversidad, la diferencia, y busca la unidad o la causa.

El medio ambiente actual es un medio eléctrico de información codificada en el que queda abolida la primacía de lo visual y amplía la percepción por medio de los otros modos sensoriales.

Supongo la percepción como aquella receptibilidad kantiana, que es la pre-disposición del aparato cognitivo a ser afectado por estímulos externos a los que “sintetiza” (en sentido kantiano), es decir, a los que facilita la internación en el sistema neuronal mientras degrada su intensidad.

Esta forma de espacio, el griego, no se deriva de nada, acontece, es un medio ambiente nuevo absolutamente distinto del hebraico, del árabe o del chino.

El espacio griego no se deriva de ninguna otra forma de escritura, según Mc Luhan, es un espacio uniformado, geométrico, que obedece a las leyes de la continuidad y la conectividad.

Pero ¿qué significa que “un medio ambiente se derive de la escritura”?

Primero, que un medio ambiente es un espacio fonético, racional y pictórico como una escritura.

Segundo, que el medio ambiente no es sólo físico, naturaleza, espacio, horizonte, perspectiva, etc., sino que también puede ser eléctrico, digital y codificado, o sea, invisible.

Si la naturaleza física no es el único modo de ser del medio ambiente, entonces ella puede llegar a ser el contenido de otro medio, p.e.: al aparecer como imagen en otro medio.

Al dejar de lado la primacía de lo visual no es extraño que tengamos percepciones provenientes de otros modos sensoriales que no requieren de perspectivas, de horizontes o de representaciones para su percepción; que tornan obsoleto el ambiente anterior (visual/natural) al dar la primacía a otras facultades sensoriales.

Son los ambientes tecnológicos que revolucionan los cinco sentidos y “que ocasionan un gran dolor a quien los percibe”.

“Vivimos en un medio eléctrico (instantáneo y volátil) de información codificada” (digital), que genera nuevas percepciones que destruyen el espacio visual o lo tornan obsoleto.    

Este espacio era predominantemente lineal, homogéneo y continuo como la palabra escrita y la tierra plana.

La soberanía del libro y del escrito se halla menoscabada hoy por los otros sentidos que inauguran ambientes nuevos, que generan dolor y toda la miseria que nacen de una nueva tecnología.

Porque un nuevo medio implica un cambio sensorial, como un desplazamiento del sensorio, de la sensibilidad, un cambio en el ambiente, un cambio invisible que se superpone al ambiente anterior.

Así, el corrimiento del ámbito del libro y la lectura hacia el audio y la imagen es consecuencia del cambio del sensorio, o sea, de la pregnancia que el oído y la imagen van adquiriendo en las nuevas generaciones de usuarios que se van adaptando al ambiente global electrónico, automático y vital como una (¿segunda?) naturaleza.

 

El dolor que emana de la tecnología proviene de la percepción de la confusión que genera al crear nuevas identidades que llevarán a una mayor anarquía y desesperación.

El medio ambiente natural, anterior a la revolución tecnológica en las comunicaciones, también es un ambiente artificial porque predomina lo visual, un ambiente en el que prima la perspectiva, el punto de vista del sujeto. De un sujeto atravesado por mil lecturas y cuyas palabras son solamente signos.

El nuevo medio ambiente electrónico no tiene profundidad ni perspectiva en ningún sentido, porque no es conexo sino emparchado como un collage o como el diario y el noticiero. Además el medio electrónico es simultáneo y no continuo como era la Historia.

Los artistas modernos han descubierto un sexto sentido que es el dolor ante la tecnología, dolor que experimentamos como “referido” o dolor fantasmático (el de las amputaciones).

Mc Lluhan dice que la tecnología es una “auto amputación”, habrá que estudiar porqué.

 

El pequeño ensayo lleva al comienzo esta leyenda: “Un inventario de algunas de las corrientes situaciones espasmódicas que podrían eliminarse con más anticip-acciòn”. Y despliega una enorme cantidad de ideas increíbles sobre comunicación e información que son la base de todos los desarrollos contemporáneos sobre medios y ambientes.

El maestro canadiense se ha anticipado medio siglo a la comprensión de nuestra “aldea global” cuando formuló su 

famoso enigma: “el medio es el mensaje”.

 

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